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martes, 3 de enero de 2012

Condiciones de aplicación y evaluación para la eficacia del aprendizaje cooperativo

1. Contextos de aplicación y tiempo requerido.

Lo mejor para favorecer la eficacia del aprendizaje cooperativo es incluirlo de forma permanente como una actividad académica regular, sin que esto signifique la exclusión de otras actividades de aprendizaje con las que se complementa. El aprendizaje cooperativo hace más variada y rica la experiencia escolar: complementa otras metodologías y las hace más eficaces. Puede ser aplicado sobre cualquier materia y a lo largo de todo el curso escolar. Para favorecer sus resultados en contextos de rendimiento muy heterogéneo suele ser conveniente elegir:
1) materias que puedan ser descompuestas en unidades fáciles de manejar por los alumnos y ordenadas según su complejidad;
2) materiales y situaciones que proporcionen experiencias prácticas relacionadas con lo que deben aprender , así se facilita la tarea del equipo y ésta resulta más atractiva;
3) para proporcionar igualdad de estatus (y compensar así las diferencias que se producen con métodos tradicionales) se debe elegir aquella materia que presente menos problemas para los alumnos con dificultades y/o llevar a cabo el aprendizaje cooperativo en varias materias.

2. Formación de los equipos de aprendizaje

Conviene tener en cuenta que el componente fundamental de  este método son los equipos de aprendizaje, que deben permanecer estables a lo largo de cierto tiempo (dos o tres meses como mínimo, para obtener resultados de cierta significación) y formarse en función de su heterogeneidad en género, rendimiento, etnia y riesgo de exclusión y de violencia. Cuando los equipos son formados por los propios alumnos, suelen reproducirse en ellos las segregaciones y diferencias que existen en nuestra sociedad. Para superar dicha tendencia es a menudo imprescindible que los equipos de aprendizaje sean distribuidos por el profesor en función del rendimiento, el grupo étnico, el género o el nivel de integración en el colectivo de la clase. Al formar equipos heterogéneos transmite una actitud contraria a las segregaciones y proporciona la oportunidad de descubrir que a pesar de las diferencias existen semejanzas. Experiencia educativa que resulta de extraordinaria relevancia para la lucha contra la exclusión y la prevención de la violencia.


3. Presentación en el aula

Antes de empezar es muy importante que el profesor explique en qué consiste el aprendizaje cooperativo y como se van a evaluar los resultados, enfatizando la interdependencia positiva que implica, según la cual los objetivos, resultados y actividades de cada alumno están estrecha y positivamente relacionados con los del resto de su equipo. Cada alumno debe percibir que cooperando se logran objetivos fuertemente deseados y, finalmente, conseguirlos realmente: el avance debe ser posible y divertido.

4. La evaluación

La evaluación representa una parte muy importante del aprendizaje cooperativo; puesto que de ella depende que se cree o no la interdependencia positiva, una de sus principales características. Es muy importante que los alumnos entiendan de qué depende la evaluación y que la consideren justa.

REQUISITOS PARA UNA EVALUACIÓN COHERENTE
DEL APRENDIZAJE COOPERATIVO
1. La evaluación tiene que ser previsible.

2. Es necesario recompensar al grupo por cooperar.

3. Tiene que haber igualdad de oportunidades, lo que se logra
variando el criterio de comparación.

4. La calificación debe proceder en parte de la nota de los individuos
para evitar la difusión de responsabilidad en el grupo.

5. Es necesario convencer a los alumnos de que esta forma de evaluación es justa.


Cuando el aprendizaje cooperativo se aplica en contextos de rendimiento muy heterogéneo, en los primeros cursos y/o cuando existe poca motivación por el aprendizaje puede ser necesario incluir periódicamente sesiones de evaluación en las que se igualen al máximo las oportunidades de todos los alumnos para obtener resultados positivos.

La colaboración como objetivo Educativo

Ya en los años 50, Gordon ALLPORT indicó que "la mayoría de los profesores pasan la mayor parte del tiempo intentando que los niños estén quietos y callados". La idea de Allport sugiere que un método de enseñanza-aprendizaje más flexible liberaría a los profesores de esa tarea y permitiría aprovechar mejor el tiempo que los alumnos permanecen en la escuela.

En los años 90, el aprendizaje cooperativo no sólo se considera un medio sino también un objetivo educativo en sí mismo. El sistema educativo tradicional es competitivo e individualista y no se dan oportunidades para aprender una habilidad tan sofisticada como cooperar.

En los últimos años se ha logrado incluir al aprendizaje cooperativo como una de las principales innovaciones tanto para favorecer el logro de importantes objetivos educativos como para dar una adecuada respuesta a las exigencias que se plantean en contextos heterogéneos, para los que suele ser considerado como insustituible. Es necesario convencer a la sociedad de que la escuela debe enseñar a cooperar no sólo dentro de la llamada "educación en valores", sino como un aspecto más de los objetivos educativos.

La revisión de las investigaciones realizadas sobre estos temas permite identificar al aprendizaje cooperativo en equipos heterogéneos como un procedimiento clave para adaptar la educación a los actuales cambios sociales y prevenir la exclusión y la violencia que con ella se relacionan.

La estructura competitiva existente en la mayor parte de las aulas tradicionales se caracteriza por una interdependencia negativa entre el éxito de los compañeros y el éxito propio. El aprendizaje cooperativo, por el contrario, permite crear una situación en la que la única forma de alcanzar las metas personales es a través de las metas del equipo. Este método hace que el aprendizaje y el esfuerzo que exige sean mucho más valorados entre los compañeros.

La recompensa grupal debe proceder, al menos en parte, de la suma del rendimiento de los individuos. Así se evita la difusión de responsabilidad que reduce la motivación, el esfuerzo y, por tanto, el rendimiento.

El aprendizaje cooperativo supone un cambio importante en el papel del profesor y en la interacción que establece con los alumnos. Las investigaciones encuentran que el cambio más significativo durante el aprendizaje cooperativo consiste en que el control de las actividades deja de estar centrado en el profesor y pasa a ser compartido por toda la clase. Por tanto, aumenta el clima de democracia. El cambio en el papel del profesor puede ser vivido por algunos de estos profesionales como una pérdida de control. Para lograr vencer este miedo al cambio, el profesor debe realizar actividades nuevas, además de las que habitualmente lleva a cabo en otras formas de aprendizaje (explicar, preguntar y evaluar), que contribuyen a mejorar la calidad educativa.
El objetivo último de los programas de aprendizaje cooperativo es crear profesores proactivos: sensibles a la diversidad y capaces de repartir el poder y el protagonismo. El aprendizaje cooperativo permite y exige una mayor colaboración entre profesores de la que habitualmente se produce con otros métodos, y cuando varios profesores cooperan en su aplicación mejora su eficacia y viven la experiencia de forma mucho más satisfactoria que cuando lo aplican individualmente. De ahí que se diga que el contexto ideal para aplicar el aprendizaje cooperativo es la enseñanza cooperativa.
La realización de actividades dentro del aprendizaje cooperativo hace que mejore también la interacción que el profesor establece con sus alumnos cuando aplica otros procedimientos no cooperativos. Al aplicar el aprendizaje cooperativo, mejora la relación de los alumnos con los profesores, ya que éstos reducen la distancia y se vuelven más cálidos.